Médicos y nutricionistas coinciden en que la dieta juega un papel fundamental en la salud de la piel, y nuevas investigaciones respaldan continuamente esa conclusión. Cada vez que te miras al espejo, es posible que veas los efectos de la dieta en tu piel, el órgano más visible del cuerpo.
El oxígeno de nuestro entorno se combina con otros procesos de nuestra piel a nivel celular para producir radicales libres, que se convierten en enemigos de nuestro tejido cutáneo.. Este proceso natural es similar a los efectos del oxígeno sobre el metal, que provoca oxidación y eventualmente herrumbre. Excepto en el cuerpo, este proceso provoca inflamación, dilata los poros y hace que la piel luzca apagada, descolorida o envejecida.
Para minimizar estos efectos hay que combatir los radicales libres con antioxidantes y otros nutrientes. Considera esto…
- Las vitaminas A, C y E son ricas en antioxidantes, adversarias de los radicales libres que se esconden en nuestras células y atacan nuestra piel.
- El selenio es un mineral fundamental para la producción de glutatión, otro enemigo de los radicales libres.
- La tiamina es una vitamina B que ayuda a que las células de la piel funcionen normalmente.
- El zinc ayuda al crecimiento de las células epidérmicas.
- La proteína es esencial para la reparación de la piel.
- La vitamina C ayuda al cuerpo a producir colágeno de forma natural, una proteína que mantiene la piel flexible y tersa.
Su dieta está bajo su control y cuanto más sepa sobre nutrición, más podrá influir en los procesos naturales que tienen el potencial de causar envejecimiento prematuro..
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